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Un estado inconcebible.
Años luz de distancia
que separan un destino
de una larga travesía por recorrer.
La primera opción era el hipersueño,
pero descansar en tales perturbadoras circunstancias
solo logró hacerlos pasar un mal viaje...
fue una verdadera hiperpesadilla.
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DÍA 20
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LA HIPERPESADILLA - LA BITÁCORA ESPACIAL
EPISODIO IV
Ha pasado una semana desde que partimos.
Con una semana, me refiero a 168 horas de consciencia, entre el tiempo
que permanecemos despiertos y el que lo hacemos dormidos, el cuál es un poco
más en cuanto a la duración del viaje. Desconozco a qué velocidad viajemos,
pero desde las ventanillas parece muuuuy lento. A veces, muy a las perdidas,
nos cruzamos con alguna roca perdida en el vacío, y pasa flotando a velocidades
altísimas. Es el único momento en que me percato de que nos estamos moviendo.
Nos han informado acerca de la posibilidad de integrar a la nave seres
extraterrestres que nos hagan de visitantes cada tanto. Una vez por año, una
vez por mes, nos dicen que eso habrá que verlo y estudiarlo. Qué manía que
tienen por analizar todo, por convertir todo en números, en datos, en
información, en archivos. Hasta yo tengo un número de identificación, recién
mediante el cual acceden a mi nombre. No sé porque no se guiarán por mi nombre
para saber mi identificación, lo cuál sería mucho más fácil de recordar. Igual,
con todo eso de copiar y pegar...es sencillo memorizar cualquier cosa. Lo hace
la computadora, así que para qué gastarse.
Yo al menos me preocupo por recordar a todos. Antes no me llamaba la
atención, pero ahora es una distracción más. Averiguar la historia de mis
compañeros, sus vivencias, sus versiones de lo ocurrido, lo que más añoran, lo
que más extrañarán, los nombres de sus familiares y las cosas que les
gustan...todo me sirve. No lo guardo como un archivo, algo que memorizar. Lo
reflexiono, lo vivo yo también, me pongo en la piel de esas personas, y trato
de comprender lo que los llevó y lleva a hacer tal o tales cosas. Me humaniza
más la estadía, supongo. Me saca de la rutina, por así decirlo. Uno se cansa
rápido por aquí, eso es algo que fui aprendiendo en la marcha. Levantarse, comer,
distraerse, comer, distraerse, comer, distraerse, comer, y acostarse. Al menos
varío las distracciones, intentando no repetirlas, no esquematizarlas, no
hacerlas rutina. Hasta ahora no probé todo lo que hay y ya repetí cosas, lo cual
dentro de todo me ayuda a mantenerme optimista. Me guardo cosas interesantes
para probar luego, como las películas. Haría lo mismo con la música, pero no
puedo evitar estar todo el día escuchando algo. Al menos, hay un infinito
almacén de discos y sencillos sueltos. Tendré mucho que averiguar, mucho por
descubrir en la temporada que pasemos acá, así que habrá que tomárselo con
soda.
Hay una chica en particular que me llamó la atención. Es hermosa,
simétrica, pero me alegró mucho más verla el 'sábado' ese en que el pequeño club
abrió. Todos nos vestimos provocativos, enseñamos más que de costumbre, y
fuimos a un lugar lleno de 'gente'. La 'gente' ésta estaba bien diseñada. En la
barra, eran mozos convincentes, en el baño, gente orinando como cualquiera, en
la pista, buenos, regulares y malos bailarines, y en la charla...eran dados.
Pero a mi me interesaba ella, la chica de carne y hueso. Traía puesto algo
cortito y apretado, y me atraía más eso que una ginoide sin nada, por mucho más
carnosa que fuera. Pero era demasiado pronto para actuar, para acercarme y
decirle algo, elogiarla más allá de la sonrisa que le dirigía cuando nuestros
ojos se cruzaban, o más bien cuando ella se percataba de que yo la estaba
mirando. Chris y Jake se animaron a más y esa noche probaron con las robo-rameras.
No se quejaron, me han detallado cosas que prefería no saber.
Beber y escuchar música bailable me sirvió de mayor despeje que mis
intentos durante la semana. Es raro, pero me puse a pensar en un momento de
dónde saldría tanto alcohol...tantos robots. ¿Para qué los querían en la nave?
¿De qué servían? ¿Y si alguno de los que no hibernábamos nos encariñábamos
demasiado con alguna de las dos cosas? La palabra clave para la situaciones
desastrosas parecía ser demasiado. Si pensabas demasiado, enloquecías, si no
dormías en lo absoluto te ponían a dormir, si no bailabas cambiaban la música,
si no te gustaba un trago te daban otro a probar hasta que encontraras alguno
que pudieras tomar mucho. Era extraño, demasiado, y nadie quería contestar
nuestras preguntas...parecía una pesadilla.
Pero al otro día mejoró. La pesadilla parecía haber terminado, a pesar
de las secuelas físicas. Todos volvimos a la normalidad, y hasta me pareció
solo encontrar recuerdos positivos de la noche anterior. La bella chica volvió
al uniforme, al igual que todos los demás, y a nadie le pareció incomodar algo
de lo sucedido esa noche. Todos sintieron que había sido algo normal. A mi me
pareció demasiado normal, y por lo
tanto, demasiado extraño. No lo sé...todo fue rutinario en estos últimos dos
días, pero ya veremos qué suceda el próximo 'sábado'. Lo único que ansío para
ese día es volver a ver la chica vestida tan linda como la vez pasada.
Por cierto, su nombre es Annie.
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